Asimismo destacan sus excelentes restaurantes, donde se puede degustar cabrito asado entre otras especialidades culinarias.
Las fiestas populares se celebran el 29 de septiembre, en honor a San Miguel Arcángel.
Las aguas almacenadas en el embalse son conducidas hasta la capital a través de diversos canales.
Sin embargo, la verdadera historia de Pedrezuela comienza a finales del siglo XIII.
Los supervivientes acuden al Concejo de Segovia solicitando amparo y un privilegio oficial para poder repoblar la comarca.
Pedrezuela conserva su carta puebla y constituye la joya del archivo histórico del municipio, ya que es el único manuscrito original de repoblación que se conserva en la Comunidad de Madrid.
Aunque los inicios de Pedrezuela como villa no fueron sencillos, las ventajas otorgadas por la carta puebla allanaron el camino a una nueva repoblación.
La iglesia, que se levantó en el siglo XVI, está construida en mampostería de piedra reforzada por sillares en las esquinas.
La parte más antigua del conjunto es la torre de planta cuadrada y aspecto macizo que muestra su estilo románico segoviano.
Hacia 1560 este espacio quedó cerrado y delimitado tras edificarse la casa consistorial.
Los casitos son pequeñas construcciones cilíndricas ejecutadas con piedras tal como se recogen sobre el terreno y en las que el material de unión consiste también en piedras de menor tamaño que funcionan como cuñas.
Y por otro lado, el sacrificio de un toro, tótem mediterráneo que con su sangre debe fertilizar la tierra y asegurar que en el mes de mayo se diera una abundante cosecha.
A la vaquilla la acompañan dos vaqueros vestidos con traje campero cordobés, muchachos ataviados con ropas estridentes y grandes cencerros atados a la cintura, que van avisando con el ruido de la llegada de la vaquilla.
Ese día, por la tarde, todos ellos recorren el pueblo y finalmente, la estrepitosa comitiva llega a la plaza del pueblo, y dos tiros de escopeta al aire anuncian la muerta ficticia del animal.
La fiesta finaliza con el tradicional reparto del pan de anís entre todos los vecinos y un baile.
Aunque anteriormente el patrón de la villa era San Roque, su festividad caía en agosto, en plena actividad agrícola, y por tanto, era incompatible su celebración.
Eso hizo que decayese a favor del patrón de la iglesia.
Pedrezuela quedó así asentada en los alrededores del único puente que cruzaba el torrencial río Guadalix.