Obtuvo su diploma de archivero paleográfico en 1861 con una tesis titulada Recherches sur la langue parlée en Gaule aux temps barbares (Ve-IXe siècle), impartiendo después un curso libre.
Paul Meyer fue considerado en su época una autoridad importante en la lengua francesa y se cuenta, junto a Gaston Paris, entre los «fundadores» de la filología moderna en Francia.
En 1872, Gaston Paris y Paul Meyer juntos lanzaron una nueva publicación, Romania (aún activa),[1][2] que iba a ejercer una gran influencia y gozar de un prestigio internacional en el campo de los estudios.
Tres años más tarde, crearon la Sociedad de Antiguos Textos Franceses.
[3] Declaró eficazmente como perito calígrafo para la defensa en el proceso por difamación iniciado contra Émile Zola después de la publicación de su J'accuse.