París bien vale una misa (Paris vaut bien une messe) es un tópico cultural[1] originado en una frase, probablemente apócrifa,[2] atribuida a Enrique de Borbón o de Navarra, el pretendiente hugonote (protestante) al reino de Francia, que eligió convertirse al catolicismo para poder reinar (su ordinal como rey es Enrique IV).Un tema político coincidente en la época es el denominado "maquiavelismo" o "razón de Estado", habitualmente puesto en comparación con la actitud "quijotesca" que se presenta como característica de la contemporánea Monarquía Hispánica de Felipe II (a quien se atribuye la frase prefiero perder mis Estados a gobernar sobre herejes).Distintas soluciones pacíficas al conflicto venían proponiéndose por intelectuales moderados de ambos bandos, denominados politiques.No se dio la tradicional coronación en la catedral de Reims, puesto que Enrique se consideraba rey desde 1589, y durante todo ese periodo sus partidarios no habían controlado esa zona de Francia.[7] A Enrique IV también se atribuye un lema con el que resumía su programa político de bienestar para el pueblo: "un pollo en cada cazuela" (la poule au pot).