La causalidad inversa está definida en el problema, por lo que no puede haber libre albedrío.
Al mismo tiempo, el libre albedrío está definido en el problema; de otro modo, el jugador no estaría realizando una verdadera elección.
En este juego hay dos participantes: un oráculo capaz de predecir el futuro y un jugador normal.
El jugador conoce el mecanismo del juego, pero no la predicción, que ya ha sido realizada.
Pero en el momento en el que el jugador se acerca a las cajas para hacer su elección, su contenido ya está definido.
En su artículo de 1969, Nozick comenta: "Casi todo el mundo tiene claro lo que debe hacer.
La teoría de los mundos paralelos lleva generalmente a la conclusión de que tanto el libre albedrío como la causalidad son ilusiones creadas por la correspondencia entre la conciencia y una memoria específica del flujo temporal.
Un jugador inteligente tratará de moverse del primer equilibrio al segundo.
Ahora considera un caso distinto: el oráculo no tiene un conocimiento especial del futuro, pero el jugador cree que lo tiene.
En este caso, el problema se convierte rápidamente en un análisis de preferencias estadísticas en la tolerancia hacia el riesgo.