Después de una unión prolongada, mientras se alimentan, las garrapatas transmiten la toxina a su huésped.
Los pacientes pueden reportar síntomas sensoriales menores, pero los signos constitucionales suelen estar ausentes.
Los reflejos tendinosos profundos suelen ser hipoactivos o ausentes, también pueden presentarse oftalmoplejía y parálisis bulbar.
[2] En Australia, este padecimiento es causado por la garrapata Ixodes holocyclus, de 1989 a 1999, se reportaron 20 casos mortales.
Aunque esta enfermedad es motivo de preocupación respecto a los animales domésticos y el ganado, en los seres humanos no lo es tanto, ya que los casos en humanos son raros y por lo general se presentan en niños menores de 10 años.
Esta parálisis se produce cuando una garrapata hembra hinchada y grávida (cargada de huevos), transmite una neurotoxina a su huésped, misma que secreta en sus glándulas salivales durante su alimentación, la cual se disemina por el organismo mediante el sistema sanguíneo, ocasionado una intoxicación, así como reacciones adversas en el sistema inmune.
La permetrina no es un repelente, sino más bien un insecticida, este hace que las garrapatas caigan de la ropa protegida.
Se recomienda precaución en su uso, ya que los niños pequeños pueden ser especialmente vulnerables a sus efectos adversos.