Se caracteriza por su forma redonda, una costra más gruesa y un menor contenido graso que el pan común.
Se vende entero o rebanado, y es el pan tradicional para hacer pa amb tomàquet.
Desde época inmemorial en Europa, cada familia elaboraba su propio pan de forma casera, especialmente en las áreas rurales.
[2] Normalmente eran grandes hogazas para no tener que volver al horno tan seguido.
Las panaderías catalanas siempre han elaborado este pan, pero antiguamente cuando más se vendían era los sábados y las vísperas de festivos, ya que aguantaba tierno por varios días.