Los paleoclimatólogos, para llevar a cabo sus estudios, en vez de usar técnicas instrumentales, se valen de los registros ambientales naturales, (llamados proxy), para averiguar el clima existente en el pasado.
Son los depósitos minerales formados por las aguas del subsuelo en las cavernas subterráneas.
Por ejemplo, estalagmitas, estalactitas, y otras formaciones similares se pueden dividir en bandas anuales de información o contener componentes fácilmente identificables gracias al uso de la radiometría.
Analizándolas podemos apreciar distintos procesos geológicos ocurridos en una época determinada y los efectos de la remodelación del paisaje.
Además, junto con el fenómeno del polvo en suspensión, incluso se puede saber en qué momento entró en erupción un volcán determinado y el alcance de sus materiales (ceniza, etc.).