Palacio del Marqués de Santa Cruz (Viso del Marqués)

Llama la atención un mascarón de proa perteneciente a una nave que dirigió el marqués.Entre marzo y abril de 1823, el rey Fernando VII pernoctó allí, tras abandonar Madrid rumbo a Sevilla, ante la entrada del contingente llamado los Cien Mil Hijos de San Luis, de cuya estancia Fernando VII no escribió ni una palabra en su diario del viaje.[4]​El palacio fue declarado Monumento Nacional en 1931 siendo restaurado a partir de 1948 por la Armada bajo la dirección del Almirante Guillén.Para levantarlo, el marqués contrató a un equipo de arquitectos, pintores y decoradores que trabajaron en la obra desde 1564 hasta 1586.El espacio central está ocupado por un patio porticado que junto con la escalera forma un conjunto típicamente manierista entendido como estilo elegante y cortesano que desborda el marco meramente arquitectónico.[5]​ Todos trabajaron para crear un espacio erigido a la mayor gloria de su dueño: por un lado, había que exaltar sus virtudes militares, y por el otro, enaltecer su linaje.Conforme una temática muy variada que se puede interpretar como defensa del catolicismo defendido en Trento.
Patio interior del Palacio del Marqués de Santa Cruz.
Batalla naval para la toma del Castillo de San Juan.
Esculturas sepulcrales de Alonso de Bazán y doña María de Figueroa.