El edificio, cuya fábrica original fue realizada por Antonio López Aguado, arquitecto de la familia ducal, y ha sido fechada tentativamente en la última década del siglo XVIII,[1] fue luego reconstruido y ampliado, con fachada de nueva fábrica, por el hijo del anterior, el arquitecto Martín López Aguado, hacia 1847[2] para Nicolás Osorio y Zayas, xv duque de Alburquerque y duque de Fernán Núñez.
Durante la Guerra Civil en sus cercanías se situó una gran trinchera, y tras la contienda, en 1940, fue comprado por la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de España y Red de Andaluces, siendo necesaria una reconstrucción parcial del edificio.
Destaca especialmente el salón de baile, de estilo francés, la zona más fiel a la decoración que vieron sus primeros propietarios.
[4] Desde su construcción ha sufrido varias reformas, pero todas ellas conservando su decoración decimonónica: en 1912 fue reformada la terraza del jardín; en 1940 fue reconstruido parcialmente como ya se ha comentado; en 1970 fue restaurado y reformado de nuevo; en 1985 las plantas baja y primera fueron reformadas nuevamente, y la última obra ha sido la restauración de sus fachadas entre 2000 y 2002.
(Luis César Amadori, 1958), El maestro de esgrima (Pedro Olea, 1992), Sangre de mayo (José Luis Garci, 2008), Que se mueran los feos (Nacho G. Velilla, 2010), Holmes y Watson.