Palacio arzobispal de Zaragoza
El Palacio tuvo su origen en el siglo XII, después de que el rey Alfonso I el Batallador tomase la ciudad musulmana de Zaragoza, por aquel entonces conocida como Saraqusta, le regaló al primer obispo de la ciudad tras la reconquista, Pedro de Librana, un terreno anexo a la muralla defensiva y próximo a la nueva catedral, la Seo, aprovechando el emplazamiento de la mezquita mayor de Saraqusta.Años más tarde Alfonso II el Casto decidió ampliar dicha torre anexa a la muralla para hacer de este edificio un lugar más cómodo y regio donde vivir cuando visitaba Zaragoza.Los ventanales inferiores están cerrados por rejas; los superiores, rematados por frontones triangulares.Otro de los tesoros artísticos que resguarda el Palacio Arzobispal es un retrato del arzobispo Joaquín Company (1800), hecho por Francisco de Goya.En aquella época el aragonés vivía su época de plenitud artística y este cuadro la testimonia magníficamente.