Los elementos que más destacan son aquellos a los que hace referencia su propio nombre: el monasterio de San Juan de la Peña y la peña Oroel.
En las zonas más bajas y con más horas de sol se pueden encontrar quejigos y carrascas, además de una selva de soto formada sobre todo por boj, aliaga y erizón.
Siguiendo la ascensión aparecen pinos silvestres, hayas, abetos, tejo y arce en los sitios donde hay menos horas de insolación.
Las dos formaciones constituyen un ecosistema de media montaña.
El paisaje protegido cuenta además con otras figuras de protección:[1]