[1] Este paisaje fue un encargo del príncipe Lorenzo Onofrio Colonna (1637-1689), príncipe de Paliano y condestable de Nápoles, para el que pintó otros ocho cuadros.
Más abajo hay otra firma cubierta parcialmente por el marco: CLAVDIO ROM.
En los últimos años de su carrera trabajó especialmente en temas religiosos y mitológicos, interpretados con sencillez.
[6] En esta composición predomina el paisaje, de exuberante vegetación, dividida en dos por un río en la parte central.
Las figuras humanas son alargadas e incorpóreas, como es usual en sus últimas obras.
La composición general tiene un aire algo etéreo, con colores de reflejos plateados y formas difuminadas, como se percibe en los árboles casi transparentes.
[7] En esta obra Claudio aunó magistralmente la solidez estructural de la arquitectura y el paisaje, que denotan unas cuidadas proporciones, con una gran finura en los detalles tan solo perceptible en algunas de sus últimas obras, como El Parnaso (1680, Museum of Fine Arts, Boston).
[3] Para esta obra el pintor hizo dos dibujos preparatorios (1678, Colección Chatsworth, Devonshire; 1682, Ashmolean Museum, Oxford).