Es un edificio aislado, con la fachada principal hacia el paseo Santa Madrona, entre las calles Lleida y Guardia Urbana.
Los arcos están separados por pilastras almohadilladas donde se apoya la cornisa, que separa la base del edificio de la parte superior.
El remate consiste en un friso sin decoración y una cornisa de carácter clasicista con dentellón.
El resto de fachadas repiten los criterios y repertorio clasicista, excepto la fachada posterior, que presenta un gran arco de medio punto cerrado con una cristalera y protegido por un filtro solar moderno.
Este porche ha sido cerrado, alineando el nuevo cierre con el plan de la fachada principal.