Es la primera de las grandes depresiones o crisis sistémicas del capitalismo.
Cooke, como muchas otras entidades, había realizado importantes inversiones en el sector ferroviario.
Cooke tuvo dificultades para vender estos bonos entre los inversores y terminó con el control de una participación del 75 por ciento en la empresa, excesivo para el banco.
Cuando esta participación se hizo pública, los inversores comenzaron a retirar dinero de Cooke & Company.
[1][2][3] La línea del Pacífico Norte no se completó hasta 1883 por el financiero Henry Villard.