Oulipo

El movimiento enraíza formalmente, por su constitución como club selecto, secreto y no convencional, con el Colegio de Patafísica (al que pasó luego a pertenecer) o el Club de los Savanturiers (fundado por el propio Queneau y Boris Vian), y renuncian desde el principio a afiliarse o erigirse como vanguardia alguna; no obstante, el método de búsqueda de nuevas estructuras formales continúa la senda que recorrió el surrealismo (movimiento en el que Queneau había iniciado su andadura artística y del que se alejó por desavenencias con André Breton) y el dadaísmo.

El número total de sonetos que existen potencialmente es de 10¹⁴, que son los cien billones que dan lugar al título; se tardarían, sin detenerse a comer ni a dormir, varios millones de años en leerlos); pero otros autores también se fijaron reglas como incentivo para la creación, tanto antes (plagio por anticipación) como fue Jean Pierre Brisset y su poema de restricción fonética recogido en la Antología del humor negro de André Breton (versos homófonos: «Les dents, la bouche / Les dents la bouchent / L'aidant la bouche / L'aide en la bouche / Laides en la bouche / Laid en la bouche / Lait dans la bouche / Les dents-là bouche») como después (Georges Perec y La Disparition (1969) en la que una vocal desaparece para volver en Les Revenentes, o la hipertextual La vida instrucciones de uso (1978)).

Desde los inicios de la literatura se han utilizado además los términos «juegos literarios» o «consignas».

Los miembros fundadores son:[3]​ La lista de los demás miembros hasta 2014 es la siguiente (entre paréntesis se indican sus años de ingreso):[3]​ Tras la muerte del presidente fundador François Le Lionnais, la presidencia del grupo fue asumida por Noël Arnaud hasta su muerte en 2003.

[3]​ Las referencias teóricas del grupo se concentran principalmente en dos obras:[2]​ Otro libro relacionado con Oulipo es el siguiente: La Bibliothèque Oulipienne es el nombre bajo el cual se publican desde 1974 varios libros escritos por los miembros de Oulipo.