El Estado comenzó a institucionalizar al país y decidió así emprender un desarrollo cultural sin precedentes.
Chávez se había entusiasmado con el jazz norteamericano e intentó difundirlo entre la comunidad musical.
Alineándose con las tendencias políticas en boga y junto con este sindicato fundó la Orquesta sinfónica de México siendo él el director titular, creándose así la primera orquesta permanente en su especie en México, y que estaba patrocinada a su vez por la iniciativa privada.
En sus escritos Chávez había propuesto la creación de un arte útil dirigido a las clases obreras y trabajadoras.
En los programas de la orquesta el público debía votar por las obras que le agradaban.
Por diversas causas, Chávez dimitió del proyecto y le otorgó la tarea a Revueltas.
Redes se convirtió en una de las partituras fílmicas más extraordinarias del siglo XX.