El término oropimente proviene del latín auripigmentum[1] (pigmento áureo o dorado) a causa de su color amarillo profundo.
El uso como pigmento cesó con el descubrimiento del amarillo de cadmio y otros colorantes en el siglo XIX.
El oropimente se utiliza en la fabricación de cristal permeable a la radiación infrarroja, telas especiales, y linóleo.
El oropimente cristaliza en el sistema monoclínico con formas casi rómbicas, con crucero fácil paralelo al tercer pinacoide.
Generalmente se presenta en masas laminares o bacilares, de color amarillo, con tonalidades anaranjadas y en algunos casos verdosas por impurezas.