[1] La reforma militar de Azaña seguía en pie, con muy ligeros retoques añadidos por los ministros Diego Hidalgo y José María Gil-Robles.
El 18 de julio de 1936, por lo menos en aquellas guarniciones donde triunfó la sublevación, era evidente que el Ejército constituía una fuerza coherente y bien o al menos decentemente pertrechada.
Por tanto, la mecanización del ejército era prácticamente paupérrima, sumamente menor que en las plantillas.
Seis escuadrillas independientes para los centros de instrucción y misiones especiales.
Las Divisiones Orgánicas correspondían a lo que antes y después habían sido o habrían de ser las Capitanías Generales.
Estaba al mando del general de división Virgilio Cabanellas Ferrer.
Estaba al mando del general de división Fernando Martínez-Monje Restoy.
Estaba al mando del general de división Nicolás Molero Lobo.
Desde su nacimiento, habían sido creados para transportar tropas y pertrechos al frente con rapidez.
En la reforma militar original de Azaña no existía esta comandancia pero tras la Revolución asturiana fue destinada allí una guarnición.
A cargo de Agustín Gómez Morato con residencia en Ceuta, a sus órdenes hay dos circunscripciones: Con sede en Melilla al mando de Manuel Romerales Quintero y dividida en dos partes: Melilla y el Rif.
Comprendía cinco partes: Ifni, Cabo Juby, Río de Oro, La Agüera-Cabo Blanco y Guinea Española (Fernando Poo, Río Muni, Elobey, Annobón y Corisco).