También fue enviado al menos en dos ocasiones a Constantinopla para denunciar ante el emperador Marciano el intento de asesinato del soberano huno.
[9] Tras su nombramiento, Orestes marchó a la Galia, donde los visigodos se habían rebelado una vez más, logrando derrotarlos.
[10] La escasa edad del nuevo emperador, que apenas contaba con catorce años, le permitió asumir la regencia en su nombre.
El nuevo emperador no emprendió ninguna acción contra el usurpador Rómulo y su padre Orestes, pero reconoció la legitimidad de Nepote, quien siguió gobernando en Dalmacia hasta su asesinato en 480.
Orestes pudo así acuñar moneda con el producto de las minas del norte de Italia para pagar a los mercenarios bárbaros que le habían ayudado a llegar al poder y que constituían el grueso del ejército romano para este momento.