Un ordinariato militar u ordinariato castrense es una circunscripción personal de la Iglesia católica, no organizada sobre una base territorial sino funcional, que tiene, al igual que cualquier otra diócesis, la tarea de proporcionar asistencia espiritual a los fieles católicos, en este caso, presentes en las fuerzas armadas.
Inicialmente dependían del obispo local, pero con el paso de los siglos los capellanes militares empezaron a ser más independientes (en España en 1571, en Austria en 1720, en Cerdeña en 1733).
[1] En Italia, tras la Toma de Roma, los capellanes militares, debido a la difícil relación con la Santa Sede, fueron progresivamente reduciéndose hasta su desaparición en 1878.
En 1986, Juan Pablo II, mediante la constitución apostólica Spirituali militum curae, elevó las organizaciones castrenses a circunscripciones eclesiásticas especiales, con el mismo valor que una diócesis y con estatutos propios.
Así pues cada institución prevista en los documentos magisteriales para la reglamentación de las diócesis debe ser extendido, con las oportunas adaptaciones, también a los ordinariatos militares.