En 1914 un cambio fue hecho permitiendo al personal de las fuerzas armadas recibir este honor por mérito militar.
El rey, en su exilio británico y luego americano, continuó concediendo la orden y, el pretendiente actual, su hijo, se llama a sí mismo Gran Maestro de la Orden de San Sava.
Cuando se hizo la condecoración no había registro pictográfico alguno en toda Europa de San Sava por lo que los diseñadores debieron consultar la iconografía de la Iglesia Ortodoxa Oriental.
Los íconos de San Sava en efecto y desde hace siglos no son verídicos sino que apenas representan un imaginario reconocible para los creyentes.
Las placas en forma de estrella se pueden lucir gracias a este soporte redondo en el que se inserta un pasador que atraviesa los correspondientes ojales del traje o uniforme, o perfora la tela del vestido.
Las placas estaban destinadas a los grandes dignatarios y personalidades prominentes, por lo que sus cruces fueron manufacturadas con distinción.
Se pliega la cinta sobre una corredera triangular, metálica o de cartón, que sujeta la cruz a la cinta por medio de un lazo o anillo en la parte trasera.
La orden no cuenta con cadena ni adornos especiales para los heraldos y los oficiales.
La cinta de la orden se mantuvo sin cambios durante la Primera Guerra Mundial.
Desde 1945 el galardón más alto presentado por la Iglesia ortodoxa serbia también fue denominado como Orden de San Sava.
[9] Hay también una organización fraternal o hermandad con un nombre similar, la Leal Orden de San Sava, creada para fomentar interacciones sociales entre residentes serbo-americanos de Milwaukee, Wisconsin.