[1] El instituto tiene su origen en el Monasterio Rabban Hormizd, en Alqosh (Irak), cuando el abad Gabriel Dambo, con la ayuda del obispo caldeo de Mosul, Yohanna Hormizd, organizó este y otros monasterios en una orden religiosa católica, con el objetivo de conservar la tradición caldea.
Los monasterios conservan la clausura (no estricta) aunque desde 1962 han dejado de ser una orden monacal.
[1] Los antonianos caldeos se dedican a la vida contemplativa desde sus diversas actividades pastorales, misiones, escuelas y parroquias.
Juegan un papel fundamental en la conservación del rito caldeo y en el diálogo ecuménico con las iglesias nestorianas.
En 2017, la orden tenía unos 19 religiosos (de los cuales 17 eran sacerdotes) y 6 monasterios[1] presentes en Estados Unidos, Irak, Irán, Líbano y Siria.