[2] La operación acabó con la alianza anglo-francesa y los dos países se enfrentaron en diversos territorios hasta el desembarco aliado en África en noviembre de 1942.[3][4] Dada la superioridad italiana en acorazados, destructores y submarinos, si la Marina francesa se unía al Eje, la Armada británica perdería por completo el control del Mediterráneo y quizá del Atlántico norte,[5] lo que hubiese complicado extraordinariamente el abastecimiento de Gran Bretaña al obligar a sus barcos a rodear África.[1] El grueso de la Marina francesa, la cuarta del mundo,[4] se encontraba por entonces distribuida por diversos puertos africanos.[7] La madrugada del 3 de julio, los británicos abordaron por sorpresa los barcos franceses que se hallaban en sus puertos.[10] En el puerto egipcio de Alejandría se hallaba fondeada una importante escuadra que contaba con un acorazado (el Lorraine), cuatro cruceros, tres destructores, un submarino y algunos barcos menores.[6][11] Aunque los gobiernos francés y británico se mostraron contrarios al pacto, este evitó la confrontación de las flotas.[14] Desde allí Churchill creía que podría poner el peligro toda las rutas del Atlántico sur.[15] Al rechazar los franceses las condiciones, los británicos lanzaron un ataque con torpedos y cargas de profundidad que averió[10] gravemente el acorazado la mañana del día 8.[15] En Suez, Canadá, Singapur y los alrededores de Creta, otros barcos franceses fueron confiscados por los británicos o hundidos a lo largo del mes.[18] Al mismo tiempo y para evitar enfrentamientos innecesarios, se prohibió que los buques británicos iniciasen los combates.[16] Las comisiones del armisticio se mostraron más dispuestas a permitir que los franceses conservasen la Armada.