Operación Bodenplatte

La Operación Bodenplatte (en alemán Unternehmen Bodenplatte) fue un ataque aéreo de la Luftwaffe destinado a destruir la mayor cantidad posible de fuerzas aéreas aliadas en el Frente Occidental durante la Segunda Guerra Mundial.

La inteligencia británica registró la acumulación de aviones, pero no le dio mayor importancia.

Las bajas de pilotos en el bando aliado fueron escasas, pues la mayor parte de los aviones fueron destruidos en tierra, al contrario que los alemanes, quienes perdieron a sus más hábiles y experimentados pilotos.

Los alemanes lanzaron ataques mediante escuadrillas organizadas en grupos pequeños y destruyeron numerosas formaciones aliadas en algunas bases, pero en otros casos los ataques fallaron y las escuadrillas aliadas sufrieron escaso daño.

Muchos aparatos alemanes volaban además con demasiada lentitud durante los ataques, lo cual facilitó que la artillería antiaérea aliada les causara serios daños.

Ello se explica porque el sistema de "rotaciones de pilotos" usado por la RAF y la USAF aseguraba que los "ases" aliados pasaran pocos meses en el frente, volviendo luego a retaguardia para instruir a nuevos pilotos; no se esperaba que los "ases" acumulasen triunfos personales sino que ganasen experiencia para así servir de entrenadores.

La Operación Bodenplatte fue la última gran ofensiva aérea de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Si bien causó graves pérdidas a los aliados durante unos pocos días, no alteró realmente la superioridad aérea aliada en Europa Occidental, y por el contrario las bajas alemanas debilitaron inútilmente el potencial humano de la Luftwaffe.