A partir de este término se desarrollaron los siguientes nombres que tomó la zona para los colonizadores romanos (Onvba Aestvaria), árabes (Awnaba y Walba) o cristianos (Huelva).
La existencia del asentamiento se ha conocido desde antiguo, siendo nombrada como ciudad en la Ora Marítima,[1] de Rufo Festo Avieno en el siglo IV o por Estrabón.
Onvba Aestvaria tuvo cierta importancia sobre todo por su situación geográfica, que permitió el auge del comercio metalúrgico, agrícola y pesquero.
Aunque se fue transformando en Lusturia, como en la edición de Frobenio y en una sola dicción como Onoba Listuria en Ptolomeo.
Mela colocó esta Onoba tocando con el golfo que se forma entre los ríos Betis (Guadalquivir) y Ana (Guadiana).
Según Miguel Cortés López, en su Diccionario Geográfico: Este origen etimológico de la geografía antigua lo demostró Antonio Jacobo del Barco y Gasca en una disertación impresa en Sevilla, en el año 1775, donde se ve impugnada la equiparación de Onuba a Gibraleón hecha por Rodrigo Caro, manifestando que con razón se llamó Aestuaria, teniendo en su distrito tres esteros navegables.
Y en la isla de Saltés, que José Antonio Conde conjeturó era Tartís o Tarsis, hallaron ya un templo consagrado a Hércules Thobel.
También la Universidad de Huelva usa Onuba en su lema "Universitas Onvbensis Sapere Avde" para referirse a la ciudad.