[1] En la novela, Oliver nace en una workhouse de una ciudad no identificada,[2] pero su madre, soltera, muere al dar a luz.
Los huérfanos de la workhouse pasan mucha hambre, y deciden echar a suertes quién pedirá más gachas.
La suerte recae sobre Oliver, que tras la cena, se acerca al encargado y le hace su famosa petición: «Por favor, señor, quiero un poco más».
El niño recibe una paliza por la agresión, pero consigue escapar y huye a Londres.
Rosa contacta a Brownlow y le cuenta la verdad sobre Oliver, para gran alivio del caballero.
La mujer atendió a la vieja Sally en su lecho de muerte, y sustrajo el medallón y el anillo que la fallecida había quitado a la madre de Oliver tras su muerte.
Brownlow y Rose Maylie se encuentran en el puente de Londres con Nancy, que les dice cómo encontrar a Monks.
Sikes asesina brutalmente a Nancy, y luego huye al campo.
Entonces se revela que Oliver es hijo ilegítimo de un hombre rico llamado Edwin Leeford y su amante, Agnes Fleming.
Monks huye a Estados Unidos, donde rápidamente derrocha el dinero y muere en prisión.
Oliver recibe su herencia y es adoptado por Brownlow, en un convencional final feliz de la novela.
Oliver es ejemplo de un personaje que representa un grupo social más general: los pobres.
Bumble arroja más información negativa sobre el niño, y Monks intenta forzarle a la delincuencia para despejar su propio camino hacia la herencia del padre de ambos.
No obstante, el lector sabe que toda esta información incriminatoria es falsa.
Esta sólida fibra moral lo mantiene puro, incluso después de haberse expuesto a la delincuencia.
Si Oliver hubiera nacido en una situación distinta, como por ejemplo en una familia acomodada, también podría haber sido corrupto o desviado de forma innata, pero las circunstancias le hubieran proporcionado una trayectoria muy distinta a la del asilo para indigentes.