Se ha especulado si a Victoria no le hubiera dado tiempo a escribir más, o si tal vez hubiera comenzado previamente, al ver aproximarse el fin de la Emperatriz, pero no hay nada constatable al respecto.
Y se considera como su uso más probable en forma completa (junto con los añadidos de música necesarios para la liturgia del día, que incluye oficios, y otras dos misas) la siguiente celebración en Las Descalzas, la del 18-19 de marzo.
También porque corresponde a un oficio que se celebra temprano el día correspondiente, antes de la misa.
No estaba esta obra originalmente concebida como una unidad interpretativa, como ocurre con todas las misas del período, pues había numerosos cantos en gregoriano, u otras piezas en polifonía, intercaladas entre los movimientos de la misa, y otra gran cantidad de música acompañando en los oficios correspondientes a las dos piezas que corresponden a estos.
La estructura de la obra, según las interpretaciones actuales habituales, es: dimittam adversum me eloquium meum, loquar in amaritudine animae meae.
Numquid oculi carnei tibi sunt: aut sicut videt homo, et tu vides?
exaudi orationem meam, ad te omnis caro veniet Escucha mi oración, Tú a quien todos iremos.
Sálvalas de las garras del león para que no sean devoradas por el averno ni caigan en las tinieblas.
Haz, Señor, que pasen de la muerte a la vida, Hosanna in excelsis.
La Grande Chapelle, bajo la dirección de Albert Recasens, y Schola Antiqua han colaborado en el proyecto.