Fue inusualmente guerrero incluso para su época y consolidó un gran principado en torno al valle del río Loira en el centro de Francia a través de su agresiva política.
Sólo una alianza entre el rey y el emperador Enrique II pudo detener a Odón.
Fue obligado a devolver el condado de Reims al arzobispo.
Debió retirarse en 1033 ante la alianza formada por el emperador Conrado II y el nuevo rey francés Enrique I renunciando solemnemente a la corona de Borgoña y a la herencia de su tío.
Murió en combate cerca de Bar-le-Duc durante otro ataque sobre Lorena.