[2] Si bien la obra es exhaustiva en cuanto al material publicado por Parra, no se pretendió incluir todas sus publicaciones en periódicos, revistas y antologías desperdigados, material del que ni el propio poeta tenía rastro en su totalidad.
[2] Continúa con un breve prefacio del crítico y teórico literario Harold Bloom,[3] seguido de una extensa introducción del mismo Niall Binns, quien argumenta distintas razones para leer a Parra, y contextualiza su obra cronológicamente.
La primera abarca toda la obra publicada por el autor, desde Poemas y antipoemas (1954) hasta Artefactos (1972).
Como los antipoemas de Artefactos fueron originalmente presentados como «cajas», con una materialidad no apta para un libro, aquí son reproducidos como fotografías tomadas por Guillermo Tejeda.
La segunda parte, englobada bajo el título «Los trapos al sol», incluye su primer poemario, Cancionero sin nombre (1937), poco representativo del resto de su obra, así como una muestra significativa y relevante de publicaciones en periódicos, revistas y antologías del autor.