Aunque autores como Erich von Däniken o Jacques Vallée han apuntado que los antiguos carros de los dioses o las apariciones y raptos en bosques y pantanos podían ser el equivalente a los relatos ovni actuales, el fenómeno comenzó en 1947, íntimamente vinculado a los medios de comunicación.Autores como Luis Alfonso Gámez, Ricardo Campo[1] o Neil deGrasse Tyson[9] han insistido en la gran importancia de los antecedentes históricos que rodeaban el nacimiento y la popularización del término «ovni».Este misil balístico dejaba muy atrás a lo que podían presentar naciones como la Unión Soviética o Estados Unidos.John Lewis Gaddis[12] indica que inicialmente no se sabía el estado real alcanzado por la tecnología soviética.La recién creada Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Casa Blanca necesitaban información sobre lo que sucedía en la Unión Soviética.Incluso los éxitos soviéticos crearon cierto pánico en la población estadounidense al sentirse vulnerables y en inferioridad tecnológica frente a su enemigo.[15] Los términos UFO (del que surgiría el español ovni) o UFOB fueron acuñados en 1953 por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) para servir como vocablo general en todos sus informes.[16] El personal militar y los pilotos anglófonos solían referirse coloquialmente a los ovnis como bogey durante la Guerra Fría.Esta palabra se usó originalmente para informar anomalías en las señales de radar o indicar posibles fuerzas hostiles que podrían estar deambulando por el área.Los ovnis generaron un interés considerable durante la Guerra Fría, una era asociada con una mayor preocupación por la seguridad nacional y, más recientemente, en la década de 2010, por razones inexplicables.El primer libro publicado que usó la palabra fue Flying Saucers from Outer Space (1953), de Donald E.Escribió: «Obviamente, el término “platillo volador” es engañoso cuando se aplica a objetos de todas las formas y funciones concebibles.Por esta razón, los militares prefieren el nombre más general, aunque menos colorido, de unidentified flying objects [objetos voladores no identificados].[25] Más recientemente, los funcionarios estadounidenses han adoptado el término unidentified anomalous phenomenon (UAP; «fenómeno anómalo no identificado», fani).Para Ted Wilding-White, J. J. Benítez, Erich von Däniken o Jacques Vallée los avistamientos de objetos sin identificar se remontan tanto como historia tiene la Humanidad.Para autores como Ricardo Campo, Luis Alfonso Gámez[1] o Carl Sagan es un mito contemporáneo que comienza a finales de los años 40.[31] Según el autor francés, esos cuentos eran la forma que tenían aquellas personas para explicar encuentros cercanos, raptos y abducciones llevados a cabo por seres extraterrestres.Antes, prosigue Wilding-White, las narraciones de sucesos aéreos desconocidos solo podían ser preservadas para lecturas posteriores por personas que supieran y pudieran escribirlas.[33] En Europa Occidental esta facultad quedaba reservada a los monjes en los monasterios, por lo que se reducía mucho el espacio observable.[36] Muchos fueron lanzados desde distintos lugares con la esperanza de que cruzaran el país enemigo para ser rescatados después con algún resultado.[1] En 1961 Betty y Barney Hill afirmaron que la noche del 19 al 20 de septiembre habían sido abducidos por un platillo volante.Así se han declarado casos en que los extraterrestres les realizaban exploraciones internas, implantes de dispositivos intracutáneos e incluso inseminaciones.Participantes en el Proyecto Libro Azul, como Donald Keyhoe, manifestaron muy pronto que las pruebas debían existir, pero las fuerzas aéreas estadounidenses las retenían.La hipótesis del encubrimiento o teoría conspirativa ha sido esgrimida por los defensores de la procedencia extraterrestre cuando se solicitan evidencias.La razón por la cual los defensores de dicho vínculo nunca reúnen ni enseñan sus evidencias la dio supuestamente Gray Barker.En 1958, la prensa mundial descubrió dicha entrevista divulgándose la noticia a nivel internacional, pero de manera distorsionada, citándosele como creyente en los ovnis.[73] Así, Jung establece tres modos de ver el fenómeno:[74] un proceso real objetivo, físico, o percepción primaria, genera una fantasía o mito concomitante; una fantasía primaria inconsciente, un arquetipo, invade la consciencia con ilusiones y visiones; se produce una coincidencia sincronística acausal y plena de sentido, especialmente en fenómenos vinculados a procesos psíquicos arquetípicos.[76] Bien es cierto que las proyecciones psíquicas de carácter mitológico no son causadas por el fenómeno ovni al haber existido siempre, con o sin ovnis.Esta corriente tuvo sus inicios en la obra anteriormente expuesta del psiquiatra Carl Gustav Jung, siendo desarrollada posteriormente por autores como Jacques Vallée, John A. Keel y Jerome Clark, entre otros.No obstante, de los varios casos representados por episodio, solía dejar uno sin explicar o relacionándolo directamente con visitas extraterrestres.
El astrónomo estadounidense
Percival Lowell
, defensor de vivir cerca de otras civilizaciones extraterrestres con gran inteligencia.
Dibujo ovni, de autenticidad desconocida, atribución y fecha no especificadas. Uno de los cientos de archivos resultantes de la orden de 1995 del expresidente estadounidense
Bill Clinton
a la
CIA
de desclasificar todos los documentos con «valor histórico» que tenían al menos 25 años de antigüedad.