Casi cualquier verdura comestible puede encurtirse con esta técnica, aunque las variedades tradicionales son la berenjena, el rábano japonés (daikon), el repollo y el pepino.
El sabor del nukazuke puede variar desde agradablemente amargo a muy ácido, salado y picante.
Muchos hogares japoneses tienen sus propios recipientes nukazuke, que son fielmente agitados a mano cada día.
Primero se tuesta el salvado de arroz, mezclándolo luego en una olla con sal, alga kombu y agua.
Una vez que los cultivos se han establecido en el nuka, suele desarrollarse un complejo aroma único que puede describirse como algo entre levadura y tierra (malos olores, como agrio o apestoso, pueden señalar un problema con la nuka).
Se sabe que las camas nuka adquieren sabores sutiles del entorno circundante y por lo tanto no deben almacenarse en zonas húmedas.
El takuan (daikon en vinagre) es una receta relacionada que a menudo se confunde con el nukazuke.