Tratado de No Proliferación Nuclear
Este tratado constituye un sistema basado en tres pilares fundamentales: la no-proliferación, el desarme y el uso pacífico de la energía nuclear.Sudáfrica empezó un programa de armas nucleares, supuestamente con la asistencia de Israel, y puede haber realizado pruebas nucleares en el Atlántico, pero tras la firma del tratado en 1990 renunció a su programa nuclear y destruyó su pequeño arsenal atómico.El Gobierno israelí rechaza confirmar o negar esta aseveración, aunque ahora se considera un secreto a voces, tras las revelaciones de los científicos John Amorin y Mordejái Vanunu, tanto al periódico británico The Sunday Times, como a diversos medios de comunicación e incluso a algunas agencias de inteligencia.Corea del Norte ratificó el tratado, pero revocó su firma en 2003 tras una disputa con los inspectores sobre las «inspecciones de instalaciones nucleares no declaradas».La principal escapatoria del Tratado de No Proliferación es que el uranio enriquecido puede ser utilizado también con fines energéticos.Este es solo un pequeño paso en el desarrollo de las cabezas nucleares, y puede ser realizado en secreto o mediante la revocación (como Corea del Norte).Mohamed el-Baradei, jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA o International Atomic Energy Agency) ha declarado que, si así lo quisiesen, hasta 40 países podrían desarrollar la energía nuclear con fines bélicos.Los únicos países que no han firmado este tratado son India, Israel, Pakistán y Sudán del Sur.