Esta tesis fue defendida por la madre de Magda, Auguste Behrend, quien declaró que la familia había llevado a cabo un juego inocente el cual consistía en buscar nuevos nombres que empezasen con la letra «H» para cada hijo sucesivo.
[5] Tanto Magda como él iniciaron una relación amorosa durante un viaje con amigos a Weimar en febrero de 1931.
[8] Harald sirvió posteriormente como teniente en la Luftwaffe, convirtiéndose en el único hijo de Magda en sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial.
Helmut, quien erróneamente creyó que se trataba del sonido de un mortero, gritó: «Eso ha sido diana».
[11] Nacida el 19 de febrero de 1937, se cree que Holde fue llamada así cuando el médico que la ayudó a nacer, Walter Stoeckel, se acercó a ella y dijo: «Das ist eine Holde!» («¡Es bonita!»).
[11] En 1936, buscando privacidad para sí mismo y para su familia, Goebbels adquirió una suntuosa casa ubicada en unos terrenos de su propiedad en Schwanenwerder, una isla situada en el río Havel.
Así mismo, Goebbels compró un yate a motor, Baldur, para navegar por el río.
Harald tenía su propia estancia en la primera planta mientras que Helga e Hilde compartían otra.
Los niños no solo tenían ponis a su disposición, sino que podían hacer uso de un pequeño carruaje para recorrer los jardines del recinto.
Dos años después, Goebbels adquirió una propiedad cercana así como una amplia extensión de terreno, incluyendo un bastión privado para su recreo personal.
Goebbels añadiría más tarde una gran casa de estilo moderno en la orilla opuesta del lago.
[18] Desde entonces, tanto Magda como su marido continuaron llevando un matrimonio tranquilo y sin problemas aparentes hasta finales de septiembre,[19] cuando la pareja tuvo una pelea, debiendo el político actuar de nuevo insistiendo en que ambos siguiesen juntos.
[20] Hitler negoció un acuerdo mediante el cual la actriz sería vetada y el matrimonio seguiría haciendo apariciones públicas, todo ello sujeto a cualquier condición razonable que Magda quisiese imponer,[21][22] siendo una de ellas que Goebbels solo podría acudir a Schwanenwerder y ver a sus hijos con el permiso expreso de ella.
[24] En octubre del mismo año, a modo de regalo por la Die Deutsche Wochenschau, Goebbels fue mostrado jugando con sus hijos en el jardín.
[26] Hitler y unos pocos miembros del personal a su servicio dirigieron desde allí la batalla de Berlín.
[12][28] Según informes, los niños jugaron con Blondi, la perra de Hitler, durante su estancia en el búnker,[29] donde los pequeños compartieron una habitación.
Al parecer, los niños cantaron al unísono en el búnker para Hitler y el malherido Robert Ritter von Greim, declarando Junge haber estado con ellos la tarde del 30 de abril, cuando Hitler y Eva Braun se suicidaron.
Kunz declaró posteriormente haber inyectado morfina a los niños, pero afirmó que fueron Magda y el Obersturmbannführer Ludwig Stumpfegger, médico personal de Hitler, quienes administraron las ampollas.
Según O'Donnell, los testigos vertieron toda la culpa sobre Stumpfegger puesto que era un objetivo conveniente debido a su muerte al día siguiente.
De hecho, O'Donnell afirmó que el médico probablemente estaba demasiado intoxicado en aquel momento como para haber tenido un papel relevante en las muertes.
[32] Supuestamente, Magda había contemplado e incluso mencionado la posibilidad de matar a sus hijos un mes antes.
Los cadáveres fueron llevados al cementerio de Buchau, en Berlín, para serles practicada la autopsia por médicos soviéticos.