[8] En 1999 participó como asesora en los trabajos del Nuclear Waste Technical Review Board (Comisión Técnica sobre Residuos Nucleares) de EE. UU.
[10] La pretensión del análisis era poner a prueba la hipótesis de que en la redacción de sus informes organismos como el Intergovernmental Panel on Climate Change, la American Association for the Advancement of Science, editora de Science, y la National Academy of Sciences se despreciaba o minusvaloraba las legítimas opiniones científicas disidentes sobre el cambio climático antropogénico.
El 25% restante investigaba el pasado climático (10%) o las técnicas para evaluarlo (15%); Oreskes consideró que estos no cabía calificarlos como favorables o contrarios al consenso científico sobre cambio climático.
[16] Uno de estos señaló que la investigación en que se basan las conclusiones del libro es exhaustiva y muy documentada, considerándolo uno de los libros más importantes del año 2010.
Otro lo señaló como el mejor libro de tema científico del año.
[17] En 2015 se produjo una película inspirada en el libro y con su mismo título.