La changunga, murisí, nanche, nancite o nance es el fruto pulposo de la especie Byrsonima crassifolia, de color amarillo al rojo en su maduración, con fuerte aroma, un poco más pequeño que una aceituna, con una semilla dura y redonda.
Su corteza externa es escamosa y se desprende en pedazos rectangulares de color gris.
Es un árbol muy común en la sabana venezolana y en áreas costeras del noreste de Brasil.
La especie restaura la capacidad regenerativa del bosque ya que crece a pleno sol y produce fruto rápidamente después de haber sido plantada.
Suelos: moreno rocoso, arcilloso, amarillo-arcilloso, lava volcánica, café-pedregoso, calizo profundo-rojizo.
[5][4] Crece en pastizales; vegetación secundaria derivada de bosques tropicales, en terrenos pedregosos y arenosos.
El changungo puede usarse para cercas vivas y se ha usado exitosamente para restaurar la productividad agrícola en campos en barbecho.
También su leña es muy apreciada, pues le da un delicioso aroma y sabor a las carnes asadas.
En México se consume y prepara de diversas maneras: crudo, salado, enchilado, almibarado, en helados, paletas congeladas, como agua fresca, nieve raspada e, incluso, curtido con aguardiente conocido como Vino o Licor de changunga o… de Nancite, según el nombre que reciba en cada país.
Es uno de los frutos más populares que se fermentan para la elaboración del tepache.
En Honduras es muy común comer como fruta, también se procesa haciendo vinos y el famoso nance en guaro, dulces y un delicioso refresco que se ofrece a madres lactantes para incentivar la producción de leche materna.
El uso medicinal que se da con mayor frecuencia a esta planta es contra la diarrea.
En el tratamiento de estos padecimientos se emplea la corteza en cocimiento, por vía oral.
Otros usos medicinales que se le dan son: afecciones renales, dolor de cintura, resfriado, diabetes, como tónico, para apretar encías, heridas y mordedura de víbora.
Su eficacia se debe a la acción astringente del tanino que contiene.
No vuelve a aparecer más información hasta el siglo XX cuando Maximino Martínez la refiere como: acaricida, antiblenorrágica, antidiarreica, antitumoral, aperitiva, astringente, atonía intestinal, catártica, eupéptica, galactógena, para las metrorragias y tónico.