La versión más usada es la de cuarenta naipes (sin ochos ni nueves) y hay versiones menos regladas de cincuenta y cinco naipes para poder jugar a otros juegos.Los palos son «oros», «copas», «espadas» y «bastos»,[3] a cada uno de los cuales le corresponde su iconografía característica.La baraja española de cuarenta naipes con cuatro palos y tres figuras está testimoniada al menos desde 1539 en los Diálogos de Luis Vives, aunque en ese momento las figuras son "caballero", "reina" y "rey".[4] Como la mayoría de las barajas europeas, la baraja española se divide en cuatro familias o palos (llamados oros, copas, espadas y bastos, siempre en este orden), dibujados con un lenguaje iconográfico característico.Es muy normal que a la baraja española se le supriman los ochos y los nueves, apareciendo en versión de cuarenta naipes.En cada familia hay rey, reyna, caballero, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve.Valdaura.- Al triunfo de España, y el que da los naipes se retendrá la muestra, si es as, o figura humana.La división de la baraja en cuatro palos, con una iconografía semejante a la actual para distinguirlos, aparece ya en una baraja otomana datada en el siglo XV descubierta en el Palacio (hoy museo) Topkapi.Originalmente el mazo contendría diez cartas numéricas en cada palo y tres figuras.En esta misma baraja aparecen tres "figuras", descritas como "malik" (rey), nā'ib malik (virrey o gobernador), thānī nā'ib (segundo Gobernador o virrey).En 1665, el español Fernández de Navarrete "vio en Cantón naipes perfectamente comparables a los europeos".Los naipes usados en Japón durante el siglo XVIII eran de origen portugués, y la terminología del juego (por ejemplo "karuta" < "carta" i.e.[13] En 1781, Antoine Court de Gébelin teorizó para los cuatro palos otras alegorías que, según dijo, simbolizaban antiguos estatus egipcios: así asoció con Espadas al soberano, nobles y militares, Copas a clérigos o sacerdocio, agricultura con Bastos, y Oros el comercio o allí donde el dinero es símbolo: Ces quatre Couleurs sont relatives aux quatre Etats entre lesquels étoient divisés le Egyptiens: L'Epée désignoit le Souverain & la Noblesse toute Militaire.No obstante, el diseño definitivo de la baraja española que ha llegado hasta nuestros días bajo diferentes «visiones» artísticas o rústicas es el que realizó Augusto Ríus para el propio Fournier.Del mismo modo, las sotas pueden ser relativamente ambiguas respecto a su sexo.Además, las figuras se repiten de pies a estómago como en la baraja Inglesa.Parece que esta ley será el origen o la consolidación de la costumbre popular “jugar por el valor del convite”.Parece que no había prohibición expresa al hábito religioso, pero si taxativamente prohibido jugar por intención de pecunia y nunca recomendado como pasatiempo de religiosos.[19] Álvaro Navia Osorio y Vigil nuevamente propone a Felipe V su desestanco por medio de un memorial que intitula, “Rapsodia económico política monárquica”, que le remite en 1721.También hacían naipes de hojas del mesmo copey, que sufrían mucho el barajar.Gariteros, gansos, abrazadores, andarríos, floreos, fullerías, fulleros, guiñones, maullones, modorros, pandilladores, saladores, voltarios.[29] Desde los coloquios inherentes al juego de la baraja se han incorporado al lenguaje algunas frases expresivas o adagios populares, tales como, “ser un as” (ser principal, un número uno, campeón), “cantar las cuarenta” (decir la verdad en forma cruda, exponer crudamente una realidad, avisar, advertir), le conocí por la “pinta” (el aspecto de alguien) o “qué buena o mala pinta” (de algo o de alguien) y varios más.Dividida en cuatro “familias” en secuencias correlativas de 12 (48), faltan 8 naipes conservando 40 (del análisis lógico se colige que no llevaría más de 48 cartas, pues no hay ningún 10).Cada palo va del 1 (as) al 9 y termina con tres cartas de figuras.[35] Con estos naipes se jugaba a: Primera, truco, cientos, quinolas, quince, guiñote, treinta, cinquillo, siete y media, flor, capadillo, chinchón, tenderete, bazas, triunfo, vueltos, gilé, casita robada, reinado, barciga, parar, pintillas, carteta, rentoi, hombre, pintxu, cuco, matacán, caída, seises, paulillo, tute, pocha, brisca, monte, cané, mus, burro, escoba, conquián, descarte, desconfío, envite canario (uno de los juegos de naipes más populares de Canarias), toruro[36][37] y muchos más.Antiguamente había varias fábricas en el territorio peninsular, las cuales necesitaban de autorización real para garantizar que su fabricación fuera correcta y evitar de ese modo que se pudiera jugar con trampas.Los naipes más conocidos en España en la actualidad son los fabricados por Heraclio Fournier, la primera de todas en Burgos, después en Vitoria y hoy día en Villarreal de Álava (Álava).
Los huecos en la parte superior e inferior de la línea que enmarca las cartas de la baraja española (
pintas
) indican el palo del naipe. Una línea sin huecos indica "oros"; un hueco es "copas", dos "espadas" y tres "bastos".
Orlas modernas con dos
signaturas
idénticas, dispuestas simétricamente.
Cuatro especímenes de naipes de la "baraja" de cartas otomana encontrada en el Palacio Topkapi e interpretadas como un ejemplo del origen de las barajas europeas. Representan los palos de "oros", "taco de polo", "copas" y "espadas".