Ernest Boulanger, su hijo, entró a los dieciséis años al Conservatorio, donde estudió piano y composición.
Siendo muy joven, Nadia ganó el Gran Premio de Roma, la máxima distinción que podía recibir un músico.
En 1921, llegó a ser profesora en el American Conservatory of Music, en Fontainebleau, y desde 1950 como directora del conservatorio.
[5] Su apartamento parisino en 36 rue Ballu (hoy 1 Place Lili Boulanger) fue donado a la Academia de Bellas Artes.
En Fauré, pese a que la solista interpreta el número cuatro (Pie Jesu) del Réquiem con mucho portamento y con un vibrato exagerado, el coro, en cambio, aparece equilibrado y bien preparado, pese a una cuerda de tenores algo exigua.