Inicialmente, la nación era entendida por la élite cultural e intelectual (en su mayoría de la nobleza) como parte del orden existente.
Se hizo cada vez más claro que la comparación entre Occidente y Rusia no favorecían a ésta.
Cabe señalar que hicieron grandes contribuciones al desarrollo de la conciencia nacional rusa en el siglo XIX.
Sin embargo, según algunos investigadores, lo que resulta interesante en las comparaciones entre Rusia y Occidente se convirtió en resentimiento (el estado psicológico de la envidia impotente).
Así, el programa de rusificación que comenzó en el siglo XX bajo Nicolás II fue continuado por las autoridades soviéticas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, tratando de unir al pueblo contra los invasores, Stalin hizo un llamamiento al sentimiento nacional y el patriotismo, a la vez que recurrió a las deportaciones de pueblos en la Unión Soviética.
Algunos creen que, debido a la falta de nacionalismo en la URSS, el fascismo no tuvo éxito.
Otros argumentan que el régimen estalinista incluyó elementos de un nacionalismo extremo: el chovinismo y el racismo.
Tras la disolución de la Unión Soviética, la desintegración y la desilusión por las reformas económicas, el nacionalismo extremista ha tenido un gran auge.
Según el portal de Radio Free Europe/Radio Liberty, los lemas racistas contra los musulmanes y otras minorías nacionales están cantando durante la marcha.
Se demuestran banderas y simbolismo de organizaciones como el Movimiento Imperial Ruso o Rúsich.
Las organizaciones antisemitas, supremacistas y neofascistas más recientes incluyen a Pámiat, el Partido Nacionalsocialista Ruso, entre otras.