No habiéndose materializado los deseos de Clotilde, esta empresa sería retomada y llevada a cabo por sus hijos.
[3] Ese mismo año, el hijo donaba 56 obras para la constitución del museo, junto a otras cedidas por sus hermanas.
Joaquín Sorolla García, el por entonces director del museo, comentaba que precisamente por el carácter íntimo de estas se les había querido dar un "sabor puramente íntimo y familiar", de ahí que se expusieran retratos de la familia, enseres del pintor o medallas ganadas en sus muchas exposiciones.
Ello llevó a la división, por una parte, del Museo Sorolla que dependería del Ministerio de Educación y Cultura,[6] y por otra, de la Fundación, que seguiría su camino como Fundación Cultural Privada.
La fase final de este proyecto es la renovación del palacete original, lo cual requiere cerrarlo al público.
[9] La casa-museo Sorolla, situada en el Paseo del General Martínez Campos n.º 37 en Madrid, fue construida en 1911, materializando los deseos del pintor Joaquín Sorolla y Bastida de crear un espacio que fusionase el área de trabajo y su vivienda, y que además contase con un espacio de jardín.
Cuatro años después, en 1909, compraría el terreno aledaño, aportándole espacio adicional para ampliar su estudio y construir el resto del jardín.
En esta planta también se localizan los tres estudios del pintor y el salón-comedor, todo iluminado a través de grandes ventanales que llenan las estancias de abundante luz, tal y como el valenciano requería.
Finalmente el jardín, que se divide en tres espacios diferentes, fue obra del pintor en su diseño y disposición.
[10] El primer proyecto del artista para su futura casa contaba con una fachada dividida en cuatro partes, tal y como se aprecia en el edificio actual, pero la decoración era más simple y de tendencia neoclásica.
Una vez adquiere el segundo terreno, Sorolla desarrollaría un segundo diseño donde las referencias a la arquitectura andaluza son bastante patentes, fruto del encargo de las obras para la Hispanic Society, lo que le llevaría a emprender viajes por todo el país.
De este modo, las salas correspondientes en la actualidad a la I, II y III, en su momento conformaban los tres estudios del pintor.
Desde esta, a través de otra escalera, se accede a la segunda planta, zona del servicio en un primer momento, luego habitación de Joaquín Sorolla García desde 1941, tras lo cual en 1982 se utilizaría como las oficinas del museo y actualmente, como lugar donde se desarrollan los talleres organizados por la institución.
Como ya se nombró anteriormente, el estilo andalusí estaría especialmente presente en este espacio.
Para esta empresa, Sorolla se hizo con diferentes elementos como fuentes, azulejos, columnas, estatuas, plantas y árboles, todo proveniente de Andalucía.
Del mismo modo, entre la colección se encuentran obras de sus familiares más allegados, como sus hijas María y Helena Sorolla, y de su yerno, Francisco Pons Arnau.
Suelen ser apuntes rápidos del natural que toma por entretenimiento o como ideas previas a sus cuadros.
Su origen es desconocido, aunque se tiene constancia de que algunos fueron regalos hechos al propio Sorolla.
Además, esta colección ofrece una visión amplia de la cerámica peninsular desde el siglo XV hasta el XX, con obras de coetáneos al pintor como Daniel Zuloaga o Mariano Benlliure.