Finalmente, la muerte del rey Carlos III en 1788 dio por concluido este fallido intento.
Tomás consiguió el proyecto tras indicar que Cardeza no había considerado que el río se filtraba en los cimientos de algunas viviendas hasta catorce varas.
[2] Las obras quedaron paralizadas durante décadas hasta que volvieron a retomarse en 1882 por el ingeniero Luis Sainz Gutiérrez desde la Cruz del Rastro hasta el puente romano, llevando a un gran desembolso por parte del Ayuntamiento de Córdoba debido a las numerosas expropiaciones necesarias.
Así pues, las obras se retrasaron hasta 1891 y no finalizaron hasta 1905 cuando, en agradecimiento al ministro de Fomento Santos Isasa, oriundo de Montoro y quien ayudó a su construcción, se decidió llamar a esta nueva vía Ronda de Isasa.
[2] Finalmente, entre 1907 y 1912 se llevaron a cabo las obras entre el puente romano y la esquina suroriental del Alcázar de los Reyes Cristianos, por entonces cárcel municipal, desde donde partía el camino hasta la antigua estación de trenes.