Es relevante para esta determinación que el área donde se ubica San Pedro es productora de algodón desde tiempos anteriores a la conquista.
Las comunicaciones del San Pedro de Ixcatlán están basadas en los medios terrestres y fluviales.
Por tierra hay una carretera que une el municipio a la carretera principal Tuxtepec – Huautla y otras comunidades como San Felipe Tilpan, Cerro Quemado, Arroyo Murciélago, El Progreso, Camino Sacristán y La Laguna.
Existe también toda una variedad de medios privados, desde lanchas rápidas hasta pequeñas chalupas a remos.
La población indígena es de unos 8.751 habitantes, que mantienen vivas las lenguas mazateca y chinanteca.
El castellano se habla mayoritariamente en la cabecera municipal y áreas urbanas del municipio.
El número de bilingüístas está creciendo al expandirse la lengua mazateca a los núcleos urbanos.
El río Tonto, en el que se sitúa la presa, es el principal recurso hidráulico de la región.
Abundan el ámate, higo, guapinol, aguacatillo, caoba, roble, palma, ceiba y hormiguillo.
La fauna, acorde con las características de la vegetación, está compuesta entre otras especies por urracas, pepes, zacuas, ratones, pájaro carpintero, ardilla, tlacuaches, zopilotes, zorrillo, gavilanes, tecolotes, venado de cola gris, puerco espín, armadillo, mapache, águilas o gavilán.
Suele llover abundantemente en mayo, y en los meses siguientes las precipitaciones van menguando gradualmente hasta febrero.
Al situarse en el golfo de México, hay vientos regulares, más fuertes por la tarde.
Los trabajos se realizan en régimen de ayuda comunal, conocido aquí por chon o convite.
La ganadería está compuesta por rebaños de ganado bovino y caprino, habiendo también porcino.
Sobre el año 1500 Ixcatlán ya estaba ubicado en el lugar en que hoy se encuentra, y dependía del vecino municipio de San Miguel Soyaltepec.
La tradición oral dice que consiguió la independencia de San Miguel al cambiar campanas por tierras.
Los Aztecas conquistan el territorio implantando centros militares y recaudando impuestos a partir de 1456.
En Cerro Quemado, se celebra a San Andrés, los días 28, 29 y 30 de noviembre.
La comunidad se congrega para dar el adiós al difunto y participa del sepelio.
Son los familiares quienes bañan el cuerpo del difunto (aunque puede ser que les ayuden otros allegados).
Se prepara una gran comida a base maíz y carne de cerdo o pollo.
Antes de llegar a la casa del difunto, los familiares adoran la cruz y le echan agua bendita.
Todos los rituales señalados van acompañados de música especialmente compuesta y ejecutada para cada ocasión.
Normalmente se mantiene la interpretación desde que muere la persona, la velación, el entierro, los nueve días y los cabos de años.
La costumbre de la música fúnebre está sufriendo sin embargo un fuerte declive, siendo pocas las bandas que se están dedicando a ella.