El monumento a Federico García Lorca es un ejemplar de arte público en Madrid.
La idea para la erección del monumento se remonta por lo menos a 1984, vía una petición formulada por Miguel Narros (entonces director del Teatro Español), que solicitó al Ayuntamiento la erección de una estatua dedicada a García Lorca, con motivo del 50.º aniversario del primer estreno de la pieza Yerma.
[3][2][4] Estas aves son motivos comunes en la poesía lorquiana.
[3] La inscripción reza «madrid, a federico garcía lorca».
[5] Todavía un símbolo del pasado polarizado de España a las alturas de los albores del siglo xxi, David Crocker afirmó en 2009 «la estatua, es todavía un emblema del pasado disputado: cada día, la izquierda pone un pañuelo rojo en el cuello de la estatua, y alguien de derechas viene más tarde para arrancárselo».