[3] Regresó a la capital francesa en 1921 para huir de nuevo en 1941 tras la ocupación alemana.
Durante su segunda estancia en París, el crítico Émile Vuillermoz publicó un artículo elogioso sobre Mompou que dotó a este de una celebridad inesperada.
[2] Datan de entonces varias obras para piano (Dialogues) y canciones (Cançoneta incerta).
[4] De regreso en España, siguió componiendo música para piano y canciones.
Mompou era un miniaturista en sus obras, casi siempre breves y de una música relativamente improvisada.
[3] Sus principales influencias fueron el impresionismo francés, así como los compositores franceses Erik Satie y muy especialmente Gabriel Fauré y Francis Poulenc, lo que le dio un estilo en el que la expresión está concentrada en formas muy pequeñas.
En muchas de sus piezas, toma melodías del folklore catalán, adaptándolas a su peculiar mundo sonoro.
Pero cuando descubrí la Música callada, entendí toda su filosofía, su espíritu zen, la dualidad entre las notas y los silencios.