Su primera aproximación a la música fue a través del canto, siguiendo el ejemplo de sus padres, también cantantes, aunque poco a poco evolucionó hacia la dirección, mientras era estudiante del colegio Capilla M. Glinka en el Conservatorio de San Petersburgo.
Aunque tocó el piano desde los ocho años, no se dedicó seriamente a este instrumento hasta 1987 en el conservatorio de su ciudad con Leonid Sintsev.
Por último, en Madrid, en la Escuela Superior de Música Reina Sofía con Dmitri Bashkírov.
Pero cuando descubrí la Música callada, entendí toda su filosofía, su espíritu zen, la dualidad entre las notas y los silencios.
[3] En 2018, ganó el premio a la mejor interpretación instrumental que otorga la revista especializada Gramophone, por su disco de piezas para piano solo de Brahms.