Neuromitos sobre la edad del cerebro

Sin embargo, aunque el cerebro presente un deterioro con la edad, si no hay ninguna enfermedad intercurrente, debería estar funcionalmente sano.

[11]​ La sinaptogénesis y la neurogénesis son intensas en los primeros años de vida y por eso los niños/as son más propensos a aprender a un ritmo más rápido en sus primeros años de vida, pero eso no significa que las consecuencias sean irreversibles o que después de los tres años no se continúen generando sinaptogénesis y la neurogénesis.

Estas etapas no son de forma secuencial, sino que más bien se superponen y pueden ser afectadas simultáneamente por factores internos o externos.

[13]​ El cerebro aprende muchísimas más cosas durante los tres primeros años de vida, como a caminar, a controlar esfínteres o a hablar, y también se ha demostrado que un entorno enriquecido, tanto para niños como para ancianos, mejora el aprendizaje y la memoria e induce cambios morfológicos en el hipocampo,[14]​ pero eso no significa que el cerebro no siga aprendiendo durante el resto de la vida, aunque la capacidad de aprendizaje se enlentece y pierde flexibilidad.

El desarrollo estructural y funcional del cerebro sigue un patrón más o menos universal en la especie humana.

Durante la infancia el cerebro va creciendo y se va desarrollando con cada vez mayor cantidad de neuronas.

Durante la infancia no solo aumenta la cantidad de neuronas sino que a cada segundo se van creando nuevas sinapsis.

Muchas veces, la lectura que se hace de los descubrimientos suele ser una extrapolación con una simplificación extremas.

Tampoco saben si la formación y la educación previas afectan a la pérdida o al deterioro de la salud.

[19]​ Es falso que los mayores no aprenden, porque las conexiones neuronales son extremadamente plásticas durante toda la vida.

Estos resultados sugieren que la capacidad de adquirir conocimientos nuevos no se ve afectada en gran medida por el envejecimiento cognitivo.