Otras regiones con misiones capuchinas fueron los Llanos de Caracas o Cumaná.
Debido a la escasez de misioneros, aunque se establecieron misiones, a menudo quedaron sin instrucción cristiana durante largos períodos de tiempo.
Las condiciones abusivas, la carestía o las epidemias suponían la marcha de los indígenas de la misión aun con el riesgo al que se exponían por ser Trinidad una isla desprotegida y fronteriza.
El control económico, político y social le correspondía a los misioneros capuchinos, quienes entraban en conflicto con los encomenderos y el cabildo de San José de Orduña por retener a los indígenas.
Se aprovisionaban mediante canoas desde el mar o a través de los ríos.