Con esta misa, rompe con la escritura de las cuatro precedentes, escritas con un estilo convencional.
[1] La instrumentación exige cuerdas, una flauta, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes, dos trompas, dos trompetas, tres trombones, timbales, cuatro solistas (SATB) y un coro mixto.
En ese año de 1822, compuso igualmente su Sinfonía n.º 8 «Inacabada», dos Tantum ergo (en do y en re), dos obras para piano (una obertura y una fantasía) así como una veintena de lieder.
Una vez escrita, Schubert intentó en vano que se ejecutara la misa en la Capilla Imperial: la partitura fue rechazada por Joseph Leopold Eybler, maestro de capilla, quien estimó que, aunque buena, no era del estilo que gustaba al emperador.
[2] Más bien parece que el maestro de capilla la encontró demasiado difícil.