Su objetivo principal es mantener una conocida como política cultural francesa, a través de la promoción y protección de las distintas artes (visual, plástica, teatral, musical, danza, arquitectura, literatura, televisión y cinematografía) tanto en el país como en el resto del mundo.
[1] Su presupuesto se dedica principalmente a la gestión de los Archivos Nacionales (seis sedes nacionales y cien instalaciones descentralizadas) y las organizaciones regionales conocidas como centros culturales (Maison de la culture).
No solo era responsable de las cuatro bellas artes (arquitectura, pintura, escultura y grabado), sino también de música, danza, circo, arte callejero, cine, teatro, ópera, artes decorativas, monumentos históricos, así como todas las escuelas correspondientes.
[5][6] Aunque se criticó a Malraux por no enriquecer la vida cultural, destinó un presupuesto importante para hacer una cultura francesa popular, invirtiendo en proyectos importantes para el cine, música y museos de Francia.
[9] El presupuesto dedicado a la cultura representó el 1 % del total asignado por el gobierno de Francia en 2007.