Alain Peyrefitte

Cambió su nombre de pila durante sus estudios para evitar confusiones con su tocayo Roger Peyrefitte, un escritor muy controvertido en la época.En 1946 ingresa en la recién creada École nationale d'administration (Francia) y forma parte de su primera promoción (1946-1947), denominada "France combattante".Evidentemente, estas observaciones alimentaron sus reflexiones sobre el desarrollo, plasmadas más tarde en dos libros, Le Mal français y La Société de confiance.Ese año, Peyrefitte renuncia a su escaño de diputado para convertirse en Senador por Seine-et-Marne, cargo que ocuparía hasta su muerte.Derrotó al candidato titular por un estrecho margen, pero finalmente perdió en la segunda vuelta.Tuvo, en ese intermedio, ocasión de efectuar varias visitas a China en tanto que parlamentario.En efecto, Peyrefitte se había declarado, al igual que Valéry Giscard d'Estaing, contra la pena de muerte.A esta declaración siguió un animado debate entre Peyrefitte y Badinter en las columnas del periódico Le Monde de aquel año.Luego se dedicó principalmente a sus funciones como electo local, senador, escritor y periodista como director del comité editorial de Le Figaro .Al finalizar sus estudios, publicó una primera obra basada en su vida estudiantil, Rue d'Ulm, chroniques de la vie normalienne, en 1946.En 1995, Peyrefitte publicó un ensayo titulado La sociedad de confianza, en el que estudió las causas del desarrollo y del subdesarrollo en el mundo, profundizando así una idea ya comentada en Le Mal français.Con numerosos ejemplos de apoyo, defiende la idea de que los principales factores del desarrollo y del subdesarrollo no se encuentran en determinadas causas materiales clásicamente mencionadas, como el clima o los recursos naturales, sino en lo que llama el "tercer factor intangible".Si bien las privaciones han sido la suerte común de los hombres desde el principio, intenta explicar el milagro del desarrollo que ha permitió que Europa Occidental, luego Estados Unidos y Japón, se liberaran del exceso de mortalidad, el hambre, las enfermedades endémicas y el analfabetismo, que todavía abundaban allí, hace doscientos años.Jean d'Ormesson escribe: “Más que un libro: una fecha de la historia contemporánea.La habilidad suprema del pintor es desvanecerse ante aquel a quien da vida en un retrato impactante.[20]​ Su funeral se celebró en la iglesia de Saint-Louis des Invalides, en presencia del presidente Jacques Chirac, luego se rindieron honores militares y un homenaje pronunciado por Jean-François Deniau.[21]​ Fue enterrado en los Inválidos, donde también se encuentra la tumba de Napoleón y otros venerados líderes nacionales.Es autor de El imperio inmóvil[26]​ y Quand la Chine s'éveillera... le monde tremblera.
Alain Peyrefitte, Ludwig Erhard , 1964.