En consecuencia, Freeport vendió por un precio simbólico las acciones de su antigua filial a los trabajadores.
La nueva empresa nacía como una sociedad anónima laboral, en la que los trabajadores eran los propietarios de la misma.
[3] Aunque se llegó a ejecutar un ERE para 250 trabajadores, la situación no mejoraría durante los siguientes años.
[4] Estévez ha llegado a ser considerado como el que lideró «el troceo de la cuenca [minera] ante la quiebra y las deudas acumuladas» por MRT.[n.
[4] Durante la década de 2000 la propiedad del terreno donde se asientan las minas cambió de manos varias veces, llegando a cederse estos a la empresa Emed Tartessus en 2007.